lunes, 22 de octubre de 2012

Caída libre hacia ninguna parte.


Caída libre hacia ninguna parte, camino sin destino. ¿Donde voy? ¿Cuál es mi p**o destino? ¿Qué pinto en esta mierda? Ni si quiera yo puedo responder a simples preguntas, ni yo se quien que soy, adonde voy, para que he venido o para que me voy, ¿Para qué? ¿Por qué? Ni idea, ni una sola idea se deja ver en mi mente. Como si jugaran al escondite y yo fuera la tonta que no encuentra a nadie, a nada, ni una mosca. NADA.

Ahora es cuando solo una persona sabe de mi, sabe como pienso y como me siento. Él, mientras todos los demás que decían ser amigos de verdad se han esfumado como por arte de magia, sin que les interesara lo mas mínimo mi opinión, mi forma de pensar, mis dudas. MÍNIMO INTERÉS. ¿Una mierda? Si, exactamente cómo se siente alguien en estos momentos.

Pero, dicen que las personas mueven montañas, y es hora de que mueva la mía, y me haga ver y oir, me haga notar aquí, que ocupe mi lugar y diga en un grito liberador: “¡aquí estoy!”. Y a quien no le guste pues puerta.
Y a ti, ¡GRACIAS!