Caída libre hacia ninguna parte, camino sin destino. ¿Donde
voy? ¿Cuál es mi p**o destino? ¿Qué pinto en esta mierda? Ni si quiera yo puedo
responder a simples preguntas, ni yo se quien que soy, adonde voy, para que he
venido o para que me voy, ¿Para qué? ¿Por qué? Ni idea, ni una sola idea se
deja ver en mi mente. Como si jugaran al escondite y yo fuera la tonta que no
encuentra a nadie, a nada, ni una mosca. NADA.
Ahora es cuando solo una persona sabe de mi, sabe como
pienso y como me siento. Él, mientras todos los demás que decían ser amigos de
verdad se han esfumado como por arte de magia, sin que les interesara lo mas mínimo
mi opinión, mi forma de pensar, mis dudas. MÍNIMO INTERÉS. ¿Una mierda? Si,
exactamente cómo se siente alguien en estos momentos.
Pero, dicen que las personas mueven montañas, y es hora de
que mueva la mía, y me haga ver y oir, me haga notar aquí, que ocupe mi lugar y
diga en un grito liberador: “¡aquí estoy!”. Y a quien no le guste pues puerta.
Y a ti, ¡GRACIAS!